Este es un espacio dedicado al arte y a la arquitectura de todos los tiempos y en todas sus facetas.... Bienvenidos!!!

Lo bello y lo feo en el arte


[Giotto - El beso de Judas. Obra completa y detalle]

El beso de Judas de Giotto, un fresco del siglo XIII, debe ser una de pocas pinturas donde lo bello se entrelaza y se enfrenta con lo feo: Cristo lleno de bondad, hermoso, es vendido por Judas, cuyas facciones se acercan más a lo que llamaríamos lo feo, lo repugnante y lo no aceptado; la traición. Ambos enfrentados en un instante antes a la acción del beso en sí, lo cual carga con más tensión la escena, lo que en arte llamamos el momento fértil.

¿Pero que es lo bello y lo feo en al arte? Para muchos parecerá paradójico considerar que el Arte trata sobre cosas feas, ya que se tiene la idea errada de que el arte es belleza, y por si fuera poco, sinónimo de prestigio y estatus.

Nada más falso.

El arte si bien cuenta sobre lo bello y lo maravilloso, también habla sobre los límites débiles del ser humano, de lo que padece, de lo terrible, de lo que no puede decir con palabras. Habla sobre las cosas feas, las situaciones feas.

Pero lo feo y lo bello natural, que podrían ubicarse en un mundo a priori, no son lo mismo a lo bello y lo feo artístico. Ambos conceptos elaborados a través del tiempo, tuvieron dinámicas diferentes.

El concepto de belleza, cambiante según el paradigma, podría decirse que siempre estuvo vinculado a lo armónico y lo proporcional, es decir a lo matemático, medible y modulable.

La arquitectura griega, la funcionalista, el Barroco, el Renacimiento, momentos en el arte que en el imaginario colectivo gozan de adjetivos vinculados a la belleza, y que evidentemente apelan a lo medible: la sección de oro griega, el modulor de Le Corbusier, los ejes claros y cartesianos en la pintura renacentista, la naturaleza embellecida en los matemáticos jardines de Versalles.

[Partenón, de la arquitectura clásica Helénica] [Modulor de Le Corbusier] [Jardín de Versalles]


Pero lo feo conlleva un proceso diferente.

En la antigüedad, Aristóteles en su Poética, reflexiona sobre que es lo feo. Si esta relacionado con la risa, este fenómeno es objeto de la comedia; lo risible es una torpeza que no provoca dolor, pues no es fatal. Idea que podríamos convenir hasta el día de hoy tiene vigencia. Lo risible pasa por lo absurdo, que curiosamente trastoca la cuestión del mounstro; el primer feo del arte, construido por cambio de escala, o por composición absurda, evidenciada en la escultura de la antigüedad: la esfinge.

[El mounstro: el primer feo del arte mostrado en la esfinge egipcia] [Composición absurda en una pintura de Magritte]


Lo feo relacionado a lo atroz, a lo miserable, como un crimen, es objeto de tragedia. Aristóteles afirmaba en cuanto a lo feo en la producción artística, que las cosas desagradables de la naturaleza, cuando son imitadas en el campo artístico, causan placer; un “feo” natural, resulta ser un “bello” estético. La balsa de la medusa de Géricault, es un claro de ejemplo de tragedia embellecida por la mano del pintor. Naufragaron en una balsa, soportado las tormentas, el hambre, la muerte y por último, el hecho de que tuvieron que comerse unos a otros para sobrevivir.

[Géricault - La balsa de la Medusa]


En la Edad Media, la idea por lo feo como objeto del arte, cobra importancia desde un punto pedagógico, el que transgrede es castigado, será condenado al infierno tal como muestra la pintura de Fra Angélico, el juicio final; a la derecha los buenos serán premiados en un mundo de armonía, felicidad y gloria, lo terrible se dispone hacia la izquierda, con escenas grotescas protagonizadas por demonios y pecadores.

[Fra Angélico - El juicio final. Obra completa y detalle]


Tomás de Aquino le da derecho a lo bello con su concepto: integridad, proporción y consonancia. Se entiende como integridad a una totalidad, donde lo feo es en si una derivación de lo bello, lo que no es integro corresponde a lo feo, por lo tanto a lo inacabado y lo mutilado. El concepto de lo feo, no es explícito, sino procede de la reflexión sobre el concepto de belleza expuesto claramente.

A pesar de que la condición del “feo” ha sido tratada durante la historia, es Kant quien le da un derecho en el espacio del arte, y quien afirma manteniendo las ideas de Aristóteles; el arte bello describe bellamente cosas que en la naturaleza podrían resultar feas; las tempestades, las guerras, pueden ser representadas bellamente.

Por otra parte, hoy en día resulta difícil separar los términos bello – feo. Lo feo puede poseer una cuota tan fuerte de atracción como lo bello, considerando que lo bello y lo siniestro combinados ofrecen una fuerte carga de sugestión.

Hay autores que consideran que el límite de la belleza sublime es lo siniestro, considerando lo siniestro como condición para dar efecto estético, pero para este bello estético, lo siniestro debe estar oculto pues su revelación produciría ipso facto, la rotura de dicho efecto.

Un paso antes a lo terrible, es esta belleza sublime, que envuelve, que cautiva al extremo, que dado un paso más, habrá causado calamidad: escenas de amores tan perfectos y seductores, que provocan muerte y tragedia, o bien escenas de composiciones perfectas que rozan lo irresistible, como en nacimiento de Venus de Botticelli, cuya composición en movimiento ligero, muestra a esta Venus perfecta y hermosa, naciendo dentro de una concha pero al borde del desequilibrio, pues no está parada al centro de ella, está a punto de desplomarse.

Ninguna pintura como la de Botticelli, para dar un claro ejemplo de la belleza canónica en la historia del arte. No es azar que la historia de la pintura gira alrededor de una situación terrible de adulterio y dolor: la modelo, esposa de Botticelli, posa desnuda para ser pintada por encargo de su amante; el propio Medici. Tanto ella como su esposo se prestan a este juego morboso por parte del mecenas. Años más tarde, ella morirá de pulmonía, agobiada, deformada, y no como su propio marido la representó bellamente en seducción por encargo de Medici.

[Botticelli - Nacimiento de Venus. Obra completa y detalle]


“Podríamos decir que lo bello y lo feo no son categorías en si, sino verdades en su movimiento, y su existencia depende del tiempo. Lo bello y lo feo son fuerzas ontológicas, realidades ontológicas. Lo bello integra lo feo, pero lo feo renueva lo bello.”

fuentes:

- OLIVERAS, Elena, Estética la cuestión del arte, Emecé Editores, Buenos Aires, 2007

- ZÁTONYI, Marta, Una estética del arte y el diseño de imagen y sonido, Kliczkowsky, Buenos Aires 2002, 5° edición

- ZÁTONYI, Marta, Arte y creación. Los caminos de la estética, Capital Intelectual, Buenos Aires 2007, 1° edición

Xul Solar, en la utopía latinoamericana

America era, para los europeos, la tierra prometida; Colón posiblemente lo creyó a pies de juntillas y otros, después, tratarían de ubicar el edén en algún lugar de la vasta inmensidad recién descubierta…

El nuevo mundo no fue fecundo en nuevas propuestas utópicas (después de las misiones jesuíticas en la Argentina, Colonia Cecilia y los dos falansterios fouriristas de San Francisco (Saí y Palmital), en Brasil, y otros experimentos hijos del socialismo utópico en Paraguay y Perú); concordantemente, las vanguardias latinoamericanas del veinte y treinta –surrealistas incluidos- tampoco demostraron atracción por el componente utópico.

Pero habrá de ser en el campo de las artes plásticas donde surjan visiones y mundos utópicos realmente originales y distanciados de la mirada europea. Xul Solar, en Argentina, desde finales de la década del diez hasta su muerte, en 1963, desarrolló y perfeccionó una concepción utópica que debe leerse tanto en sus obras pictóricas como en sus escritos… en sus obras pueden visualizarse trazos cubistas, vibraciones futuristas, articulaciones dadaístas, y hasta coloraturas kleenescas con mayor intensidad que resabios surrealistas.

El desarrollo teórico de la cuestión de las imperfecciones del cuerpo humano y de la necesidad de crearle partes -natural o artificialmente- corre por cuenta de Xul en dos escritos fundamentales, pero ambos textos son predichos y sucedidos por un abundante iconografía que ilustra lo que el artista visualiza.

En 1915 Xul pinta una serie de obras que tienen como temática central a los ángeles, posiblemente en una etapa de su derrotero místico. Todas tienen características comunes: caras poco angelicales o tenebrosas, aureolas que se convierten en cascos transparentes, patas adicionales. Anjos es la más llamativa porque las figuras presentan rostros resueltamente demoniacos y las más pequeñas sostienen una suerte de patas de rana sobre el abdomen de sus compañeras, produciendo el efecto de dos pares de piernas, unas terrestres y otras anfibias. Las manos de las mayores se han convertido en lámparas que despiden una llamada iluminadora del camino.
En Manifeste, de 1927, las figuras humanas sirven de mástiles vivientes para las enseñanzas de varias naciones -entre ellas, las de Argentina y Brasil- y los Dos mestizos de avión y gente, de 1935, dan alas al imperfecto y desadaptado cuerpo humano.


Dos Anjos - 1915 + Mestizos de Avión y Gente - 1936
Xul tenía fe en el desarrollo natural de la especie porque, en el primero de los escritos mencionados, Esbozo de un proyecto de cambios en el ser humano, preanuncia que, siguiendo una línea evolutiva como la nuestra, el cerebro crecerá tanto que se van a necesitar apéndices para sostenerlo en la parte alta del cuerpo; la boca tendrá una lengua larga y cuerdas vocales dobles para hablar y cantar; y el sexo combinará la heterosexualidad, para la reproducción (porque la autofecundación, por sus degenerantes resultados, resulta contra indicada), y el bisexo monoico, que podría ser muy útil para ampliar la experiencia y la madurez psíquica.
Sin embargo, Xul parece no quedar satisfecho dejando en manos exclusivas de la naturaleza el perfeccionamiento de su propia obra; en el segundo escrito, Algo semitécnico sobre mejores anatómicas y entes nuevos, sugiere posibles agregados y modificaciones con carácter de implantes y cirugías, con cola rígida para pararse más cómodo o enormes pechos para trabajar de nodriza. Es decir que -con un sesgo de tintes paródicos que lo hacen aún más moderno que a sus colegas- no solo se preocupa por lo necesario sino por lo conveniente.

A esa idea de que la evolución -natural o artificial- no debe satisfacer solamente a lo estrictamente necesario parece responder la obra Ña diáfana (1923) donde se proyecta una mujer completamente transparente, en cuyo cuerpo, y a simple vista, puedan admirarse los órganos internos. Práctico para la detección de anomalías y el sueño de los hipocondríacos.
Ña Diáfana - 1923

Es interesante prestar atención a los títulos que Xul pone a dos de sus obras de 1946: Casi plantas y Rocas ya vivas. Está claro que el artista visualiza un proceso pacífico de conversión de hombres en rocas, ya concluido, y de hombres en plantas, todavía en camino.


Casi Plantas - 1946 + Rocas Lagui - 1933


La ciudad ha sido considerada la arena de la detonación modernista; espacio (la ciudad), objeto (la maquina) y deseo (la utopía) han funcionado como la tríada caracterizante de la vanguardia y la ciudad ha sido calificada como el escenario donde se desarrolla el espectáculo cuya audiencia es el mundo entero.

A contrapelo de las predicciones, Xul imagina sus mundos con una población muy escasa. Dos razones pueden haber motivado esta idea: que la raza humana fuese ya una rareza, por cruzamientos con otros reinos (País rojo teti, 1949) o que lo que reflejan sus obras sea la parte de la humanidad que, por elevación espiritual, habite en otros cuerpos del espacio.

País Rojo Teti - 1949

Para conocer más sobre la obra de Xul Solar, visita la página del museo: http://www.xulsolar.org.ar/xulobras.html

- Texto recopilado y adaptado de: La Utopía Latinoamericana: Xul Solar, Matta y Lam de May Lorenzo Alacala. Fundación PAN KLUB - Museo Xul Solar